En muchas ocasiones a la consulta del logopeda llegan niños que cursan el primer ciclo de primaria derivados por los colegios porque presentan dificultades en  la lectura y la escritura. En el momento de hacer la exploración, el logopeda observa que, además de los problemas de lectoescritura, el niño presenta  aún problemas en el lenguaje oral, ya sea para pronunciar determinados sonidos, porque tiene un bajo nivel de vocabulario o no puede expresarse de una forma clara.

La experiencia nos demuestra que los niños que han tenido problemas de lenguaje oral, con el tiempo, tendrán también dificultades en la adquisición del lenguaje escrito si no ha habido con anterioridad un trabajo de reeducación logopédica que haya podido resolver las alteraciones del lenguaje oral.

En este escrito pretendo remarcar la importancia de consultar con el logopeda en el momento en que los padres sospechan que su hijo no habla, habla poco, les parece que habla mal, o bien si profesionales como los maestros o los pediatras les sugieren consultar con un logopeda.

En el despacho de un logopeda, durante la primera entrevista, es muy frecuente oír a un padre o madre decir algo parecido a: «No, si a mí ya me parecía que hablaba poco porque me fijaba que hay niños de 3 años que dicen más cosas que él…» o bien: «Es que yo recuerdo que su hermano empezó a hablar mucho antes…», «Yo a su edad también hablaba mal, hasta que se resolvió el problema».

Cuando los padres empiezan a preocuparse por la forma de hablar del niño, lo normal es que transmitan sus preocupación a los maestros o los pediatras. En muchas ocasiones, por fortuna, dichos profesionales aconsejan consultar con un logopeda pero, lamentablemente, en otras se dice a los padres cosas como: «Es pronto, ya hablará, no hay que preocuparse antes de tiempo», «Habla así porque quiere hacerse el pequeño, es muy moimoso»…

Lógicamente la opinión de estos profesionales tiene mucho peso y los padres suelen hacer lo que se les dice: esperan y pasa un año, dos años… y, cuando el problema ya es demasiado evidente, llegan a la consulta del logopeda con un nivel del lenguaje mucho más bajo que el que le corresponde por edad. Este niño con un nivel de lenguaje tan bajo forzosamente tendrá problemas para adquirir los aprendizajes de la educación infantil y primaria. Asimismo, estos problemas pueden causar dificultades en la comunicación y en la relación con otros niños y los adultos.

Por lo tanto es fundamental que si a los padres les preocupa la forma de hablar de su hijo consulten con un logopeda cuanto antes. El/la logopeda será el profesional que determine si el niño debe hacer o no tratamiento.

Debe quedar claro que el niño suele pronunciar su primera palabra alrededor de un año, y a partir de ese momento irá evolucionando en la adquisición del lenguaje hasta, que en general, a los 6 años el lenguaje ya esté plenamente adquirido. Sólo así podrá asumir los aprendizajes impartidos en la educación infantil y primaria, y podrá establecer unas relaciones enriquecidoras con los compañeros y los adultos.

Por lo tanto, es conveniente no retrasar el momento de la consulta con un logopeda; no perdamos tiempo, un tiempo que puede ser decisivo en el desarrollo del niño como persona.

Mª Jesús Rodríguez, logopeda.